(Newsletter octubre 2013)
Dra. Petra Blum (Alemania)
Tratamiento de los procesos inflamatorios en la práctica diaria
Los procesos inflamatorios juegan un papel importante en la práctica médica. Según el informe de IMS Health de octubre de 2011 sobre los medicamentos de venta libre más vendidos en farmacia, Voltaren® seguía ocupando el primer lugar (al igual que el mes anterior), seguido de la Aspirina® y la Tomapirina®. Estos datos demuestran la gran demanda que existe de estos fármacos por parte de la población, siendo el dolor y la inflamación temas comunes en las consultas. En este artículo se presenta la Micro-Inmunoterapia como otra opción de tratamiento de los procesos inflamatorios.
La aparición de la inflamación puede contemplarse desde diversos puntos de vista, pero aunque no nos detendremos en los distintos modelos, es importante diferenciar entre la inflamación aguda y la crónica.
Desde el punto de vista inmunológico, en la inflamación aguda diferentes células del sistema inmune liberan citoquinas proinflamatorias, las denominadas citoquinas de tipo Th1, para hacer frente al agente patógeno correspondiente.
El modo de acción de un sistema inmune fuerte queda patente utilizando como ejemplo el proceso febril. A diario, el organismo humano está expuesto a agentes patógenos. Las membranas mucosas actúan como primera barrera defensiva del sistema inmune, proporcionando una protección adecuada. Si ésta no es suficientemente eficaz, entra en acción la siguiente línea de defensa: la inmunidad celular. Se genera fiebre para protegerse del intruso. Las citoquinas de tipo Th1, mediante su acción térmica, permiten la regulación al alza de la temperatura para hacer frente al virus o bacteria correspondiente. De esta forma, con la mera generación de fiebre, se puede desactivar al agente patógeno y dividirlo en sus componentes individuales. Para eso resulta imprescindible un sistema inmune que funcione correctamente y con una capacidad de reacción adecuada. Eso implica que las células inmunes responsables funcionen de manera óptima, lo que requiere una multiplicación rápida y eficiente de las células del sistema inmune específico e inespecífico. A semejanza del hardware y el software, que trabajan conjuntamente como materia e información, las células se pueden comunicar entre sí sólo cuando existen los correspondientes portadores de información que sirvan de mensajeros químicos (las citoquinas) para coordinar y programar la acción.
Este sencillo ejemplo nos permite darnos cuenta de la importancia del sistema inmunitario. La inflamación aguda se suele dar en las amígdalas, en los senos paranasales o en otras ubicaciones. Las molestias asociadas como la secreción y el dolor, se suelen resolver sin problemas. Pero cabe destacar que los procesos inflamatorios agudos no solo afectan a las mucosas, sino también a las partes blandas o las articulaciones.
En el caso de la inflamación crónica, el sistema inmune reacciona de otra manera al no ser capaz de controlar la enfermedad. Cuando la respuesta aguda no se lleva a cabo de forma correcta se establecen bloqueos inmunológicos, de modo que se abren vías totalmente diferentes para enfrentarse a los patógenos.
Así es como el sistema inmune defiende nuestro organismo en todo momento, actuando de forma flexible y adaptada a cada situación con el fin de mantener o recuperar el equilibrio y la homeostasis.
El mecanismo de acción de la Micro-Inmunoterapia
La Micro-Inmunoterapia colabora con el sistema inmune. En la Micro-Inmunoterapia se emplean moléculas de información inmunológica como las citoquinas y otros mediadores inmunológicos en diluciones homeopáticas. En función de la patología a tratar, y basándose en la ley de Arndt-Schultz*, las diluciones bajas proporcionan un efecto inmunológico estimulante, las diluciones medias un efecto modulador y las diluciones altas un efecto frenador. El objetivo es impulsar la autorregulación del organismo y así devolver todo su potencial al sistema inmunitario. De esta forma se apoya la lucha contra agentes patógenos y se favorece la acción inmunitaria.
Las fórmulas de Micro-Inmunoterapia se administran bajo la lengua (toma sublingual), para que las sustancias activas sean captadas directamente por la red linfática a través de la mucosa bucal. Las cápsulas se administran una o varias veces (repartidas en el tiempo) al día. Gracias a las diluciones perifisiológicas se logra una comunicación fluida con el sistema inmune.
Son muchos los pacientes que responden bien a los tratamientos de Micro-Inmunoterapia, y cabe destacar que los efectos secundarios son prácticamente nulos, tanto en la teoría como en la práctica. En términos teóricos, esto queda demostrado también en un texto de la legislación europea del año 2001.
Efecto experimental de las microdosis
En el año 1950, Rita Levi-Montalcini (1909-2010) descubrió el factor de crecimiento nervioso (NGF por sus siglas en inglés: Nerve Growth Factor). Demostró in vitro que la mil millonésima parte de un gramo provocaba un incremento del número de células nerviosas. Ese fue el punto de partida de unas investigaciones que le valieron, en 1986, el premio Nobel. Estos estudios ayudan a entender el modo de acción de la Micro-Inmunoterapia.
Experiencias prácticas con la Micro-Inmunoterapia en el ámbito de la inflamación
En caso de inflamaciones agudas, la Micro-Inmunoterapia contribuye en gran medida a impulsar la regulación a la baja de la respuesta Th1. La fórmula ARTH contiene una combinación de interleuquina 1, TNF-alpha y ácidos nucleicos específicos (SNA®) en diluciones altas, así como interleuquina 2 en diluciones medias. Las altas diluciones tienen como objetivo atenuar la acción de los mensajeros químicos inflamatorios de forma fisiológica, y así disminuir la inflamación. Este proceso se lleva a cabo a diferentes niveles y por varias vías para regular la respuesta proinflamatoria en su conjunto. Para explicarlo de manera gráfica se podría usar el símil de un lago lleno de agua, que en lugar de desaguar por un único río, se le da la posibilidad de desaguar por varios caudales, evitando así que el río se desborde y ofreciendo un equilibrio dinámico.
La fórmula ARTH se aplica en el tratamiento de las inflamaciones agudas, sobre todo en el caso de inflamaciones de las articulaciones y huesos (por ejemplo dedos artríticos) o las inflamaciones de las grandes articulaciones (rodilla, cadera). También se puede emplear en los problemas de la columna vertebral, así como en el tratamiento de la osteítis mandibular o del aflojamiento de los dientes debido a periodontitis.